Cosas maravillosas:
Un sinfín de ellas, y además muy importantes;
La comida es variada, barata y excelente.
Son muy honestos y profundamente serviciales. Con frecuencia se desviven por ayudarnos.
Las calles están limpias, los coches y motos son muy silenciosas (eléctricos), hay baños públicos y gratuitos en todas partes.
Están preocupados por la salud, y comen sano, y les toman la tensión y les pesan gratis en todas las farmacias, hay carteles sobre setas venenosas, tienen plantas medicinales en las farmacias…
Los taxis son muy baratos con la aplicación didi, y con trip.com puedes reservar hoteles. Si se te acaba la batería del móvil tienes cargadores por todas partes, hasta en los aseos públicos.
Todo se paga con alipay o WeChat . En nuestro caso el primero. Desde el vagabundo hasta el frutero o el hotel nos permite pagar leyendo un código QR. Tan sencillo y eficaz como eso.
Los trenes funcionan muy bien y son puntuales y bastante baratos. Comunican gran parte del país y una vez dentro ni se mueven. Te proveen de agua hervida y venden fruta y carne deshidratada.
Los hoteles son muy espaciosos, tienen el baño dentro y no sólo son baratos y bien equipados, sino que te facilitan cepillo de dientes, zapatillas, peine, y con frecuencia hasta preservativos y hasta bolas chinas (por favor, que nadie pregunte para qué son)😜. En ocasiones, hasta te lavan la ropa gratis.
La gente tiene esa mezcla entre ligera curiosidad, mezclado con cierta ingenuidad y un punto de timidez y gran honradez.
País segurísimo a todos los niveles. Ni una pizca de picaresca, ni violencia ni delincuencia por ningún lado.
Cosas que nos disgustan:
Todo lo americano está bloqueado. No podemos mirar el correo, ni Google Maps, ni WhatsApp ni descargar apps del play store. Si no tienes una VPN que funcione, estás out. Y como somos yanqui -dependientes…
Son muy gritones, sobre todo cuando hablan entre ellos y sobre todo la gente mayor. En situaciones normales son discretos y tímidos.
Las motos se meten por todas las aceras y nos dan pequeños sustos. Eso sí, lo hacen despacio y con precaución.
Nadie habla inglés, ni jóvenes, ni empresarios, ni en los buenos hoteles ni en ningún sitio. Una pesadilla. Sólo nos hemos encontrado con gente joven de Shanghái o Beijing.
La visa máxima para estar en el país es habitualmente de sólo 15 días. Ahora la acaban de eliminar para el año que viene. Hay que aprovechar, pero no es el típico país mochilero donde puedes pegarte meses.
No compartimos comunicación no verbal, por lo que con frecuencia hasta las explicaciones más básicas y evidentes para nosotros no se entienden. Además son respetuosos y algo retraídos, con lo que la comunicación no es fácil.
Tenemos que portar el pasaporte para todo. En todo momento, en el hotel, comprando el billete de tren, nos sacan una foto, nos fotografian el pasaporte… Un poco demasiado, pero es llevadero.
Resumiendo. Un país super equilibrado donde con unas pocas apps te las arreglas bien para moverte. Ofrece mucho para ver y a un precio excepcional. Si le añades la seguridad, que se come bien, que es barato y la gente nos tiene aprecio, ya casi llegamos a la perfección.
Presupuesto.
El vuelo 500 euros y la visa 165 euros. Llegar y volver de Madrid unos 75 euros.
Todo lo demás, una vez estamos en china poco más de 30 euros por día y persona. 11 para el hotel, 7 para comer y algún capricho, unos 12 para transporte, en total unos 390 euros las dos semanas. Total definitivo unos 1.130 euros.
Cuando la vida es un viaje...y viajar nos da vida 